"Las sonrisas de África" es el nombre que recibe el país de Senegal porque su gente alegre siempre está dispuesta a regalarte sus mejores sonrisas. Toda su gente es amable y curiosa. Siempre están dispuestos a ayudar al viajero que pregunta y muestran mucho interés en conocer sobre su país de origen.
Senegal y África simbolizan mejor que cualquier otro lugar la madre tierra y la vitalidad. Los animales de la zona conviven con las familias en perfecta armonía. Un recuerdo que tengo grabado del viaje, es el de una oveja blanca limpia e implacable mostrando orgullosa sus brillantes dientes mientras un niño la pasea por la calle. Me llamó la atención lo bien cuidados que están los animales, a pesar de los escasos recursos que tienen las familias.
Otra característica del país es el ritmo y la música. Cualquier momento es bueno para sacar el Yembe y tocar alguna canción mientras la gente baila a su alrededor. Este evento improvisado en seguida comienza a llenarse de gente para unirse al baile o a tocar algún instrumento. Toda la gente reunida te trasmite su alegría y resulta muy fácil ser uno más y unirse al grupo.
En cuanto a su religión, en Senegal existe una mayoría musulmana, con algo de presencia católica y también de animismo. Pero el símbolo que comparten todos en común es: el baobab.
Permanentemente presente en su vida, el baobab es un gran árbol sagrado que todos veneran y al que acuden para todo tipo de ofrendas y peticiones. Lo curioso es que siempre tienen que tocarlo con la mano izquierda para tener buena suerte, y el tamaño de su tronco puede llegar a ser tan grande que en ocasiones entierran a personalidades dentro de él.
Como veis, este ha sido un viaje intenso lleno de increíbles experiencias. Para el siguiente post me gustaría contaros más detalles del mismo y como no, y sobre algunas de las telas que traído de allí. Una vez más, este viaje quizás sea la fuente de inspiración de nuestra siguiente colección Noodles.
¡Nos vemos en el siguiente post!
No hay comentarios:
Publicar un comentario